miércoles, 6 de junio de 2012

Vencer al tiempo, ¿y al olvido?

En ocasiones, lo más importante a lo que puede aspirar un creador es a superar el contexto generacional y que su obra alcance una difusión más allá de su espacio y tiempo.
El pasado ofrece grandes ejemplos de autores anónimos, de escritores, pintores y demás genios que permanecieron detrás de la figura de otros creadores por imposición o necesidad (y es que comer es algo que se convierte en imprescindible pasados varios días sin pillar cacho...).


¿Victoria? Carbón y lápiz de grafito puro sobre papel. 29,5 x 21 cm

Hoy día, gracias a la red y a los soportes audiovisuales resulta tan sencillo mostrar el producto de los desvelos propios a la comunidad que, en ocasiones, podría parecer que uno piensa en voz alta.
Y así, mientras los recuerdos y hazañas familiares salpican redes sociales y plataformas multimedia, cada vez resulta más difícil encontrar originalidad, sentido y estilo.
Estamos perdiendo de forma acelerada la capacidad de discernir y escoger entre lo que nos gusta y lo que nos imponen, o tal vez sea tan sólo una sensación mía. Sin embargo, ante el aluvión de propuestas y contenidos que surgen al minuto, uno llega a necesitar el auxilio de alguien que nos guíe y evite perder interminables horas de búsqueda hasta localizar el impulso creador soñado, el grano de arroz que impacte nuestros cerebros y permita que la maquinaria funcione.
¿Curadores de arte, intérpretes visuales, especialistas en comunicación no verbal?
Sí, gracias.
Estamos en el umbral inmediato al cambio de siglo y aún parece que no seamos conscientes de las inmensas posibilidades que tenemos a nuestro alcance.
Aunque sigue faltando formación.
La sensibilidad es algo innato en las personas y sólo es necesario pulsar en el punto adecuado para provocar, independientemente de la emoción que se persiga. Por eso, lo bueno o malo no existen, tal vez debamos hablar más en términos de repercusión o impacto, pues quizás ha cambiado tan rápido la estrategia de acercamiento a la sociedad que no nos hemos dado ni cuenta...

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