Suele pasar siempre que uno desea algo con mucha fuerza.
Siente que el mundo se confabula para que todo ocurra y, de forma inexplicable, confluyan todos los factores en un mismo instante y se produzca el milagro.
Pero últimamente el dinero (o mejor dicho, la falta de dinero) está provocando que muchas de nuestras ilusiones y proyectos se desvanezcan. Tal vea sea el resultado de nuestra exigencia de consumir para ser felices: comprar ocio, coche, casa, emociones, una tele más grande...
Y en otro lugar del mundo, desde hace siglos, se mantienen luchando por sobrevivir desde el alba y cantan agradecidos al final del día...
End of time? Fotografía digital (2010)
Seamos creativos: convirtámonos en artistas de la supervivencia.
Ahora no es el momento de deprimirse (en realidad, nunca es buen momento para ello). No es conveniente venirse abajo, y menos cuando somos tantos a la vez los que padecemos los efectos de esta desaceleración-crisis-cachondeo. Miremos con optimismo la realidad que nos ha tocado vivir y trabajemos por mejorar nuestra situación, al menos manteniéndonos estables, relajados y productivos.
Ahora no es el momento de deprimirse (en realidad, nunca es buen momento para ello). No es conveniente venirse abajo, y menos cuando somos tantos a la vez los que padecemos los efectos de esta desaceleración-crisis-cachondeo. Miremos con optimismo la realidad que nos ha tocado vivir y trabajemos por mejorar nuestra situación, al menos manteniéndonos estables, relajados y productivos.
Y trabajando por cambiar nuestra situación personal desde la comprensión y la estabilidad emocional es probable que seamos capaces de recibir con mayor claridad esa vocecita interior que nos impulsa a crear.
Será mucho más fácil levantarse si no estamos tan pendientes de caernos...