El espacio en blanco crece por momentos. La pantalla parpadea y el cursor te mira insistentemente demandando nuevas instrucciones. Las notas se agolpan de forma que no hay orden ni concierto en lo que intentas expresar. Percibes un sudor frío que te recorre la espalda, las manos te arden y el tiempo se desboca... Esa musa que en otras ocasiones te ha ayudado parece haber desconectado su móvil. Nadie en skype parece hacerse eco de tu necesidad imperiosa. Entonces, ¿qué puedo hacer?
Cada maestrillo tiene su librillo para superar estas tensiones o bloqueos, que suelen coincidir con su modo de vida y trabajo. Si el encargo o la obra no tiene un plazo de tiempo que te acogote y te obligue a lanzarte sobre el lienzo tras coger impulso, en ocasiones la mejor opción es desconectar, dar un paseo aprovechando la exhuberante primavera que nos rodea y liberarnos un poco de la presión.
En general, si uno ha adoptado unas rutinas de trabajo, suele ser más sencillo superar estos bloqueos, porque ha domesticado parcialmente su capacidad y está preparado para crear de forma organizada. Pero en el caso contrario, si no hay rutina que concilie contigo y vives con fuerza cada impulso, tal vez debas apagar la luz del estudio y esperar a que llegue tu momento...
Como muchos otros, yo suelo acudir a mi banco de emociones, ese lugar donde uno almacena imágenes, recuerdos o sensaciones; también la música es una buena aliada para superar el hiato creativo. Si eres capaz de llevar al día una libreta de apuntes o un cuaderno donde anotes ideas o proyectos, tal vez sea un buen momento para releerlo. Otras alternativas que podrías explorar consistirían en cambiar de técnica, de gama de colores o retomar herramientas que hace tiempo no utilizas.
Es probable que la musa vuelva cuando menos esperanza quede, y como decía un maestro de maestros, sería estupendo "que te encuentre trabajando".
Aunque si es un encargo que debía estar para ayer, más vale que implores a los cielos y se produzca un milagro...
Porque en estos tiempos que corren, toda ayuda celestial es poca.
Mis mejores deseos y mucho ánimo.
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