lunes, 21 de mayo de 2012

Las raíces del pueblo

En muchas de las plazas que jalonan el paisaje urbano de ciudades y pueblos encontramos venerables ancianos que contemplan el paso de generaciones. Árboles centenarios que en su piel conservan cicatrices de amores ajenos y han escuchado confesiones de todo tipo. Su perfil constituye un referente visual y bajo sus ramas encuentran cobijo estación tras estación numerosos vecinos: cotizada sombra en las canículas estivales y refugio perentorio en las lloviznas de mayo... Comunidades que albergan día a día un gigante silencioso que regala conciertos alados y susurros poéticos cuando el viento mece sus ramas.
Como habréis adivinado ya en este punto, soy un enamorado de estos auténticos monumentos naturales, símbolo de la convivencia sostenible. Me obsesiona en algunas ocasiones la posibilidad de capturar la esencia de un lugar a través de sus árboles, leyendo las historias que condensan sus troncos arrugados y tocando las volutas que encierran sus ramas.
¿No os habéis quedado maravillados alguna vez al escuchar cómo hablaban vuestros abuelos de la vida, de sus vivencias, de sus ilusiones? ¿Acaso no habéis encontrado al girar la esquina una inmensa mole de vida cuya visión os ha reconfortado después de caminar entre bloques de hormigón y asfalto?


Las raíces del pueblo. Técnica mixta sobre lienzo. 80x60 cm

En la plaza de la Palla de Ibi hay un venerable anciano, quebrado por los años, cuyas raíces ahondan en la esencia de este pueblo. Bajo su sombra conspiraciones, pactos, alianzas, promesas y sueños han forjado el sentir de muchas generaciones. Es el último de tres hermanos centenarios y todavía podéis acercaros a escuchar junto a su tronco el lento fluir del tiempo.
Estas mismas sensaciones, por suerte, se pueden experimentar aún en muchos lugares. Lugares donde sentiréis, sin duda, un impulso creador.
Sirvan estas líneas como alegato en favor de la conservación de la memoria sentimental de las comunidades, de su paisaje natural y del entorno urbano sostenible, donde el ser humano puede encontrar un lugar a su medida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario